Guía para que los pies no sucumban a los peligros del verano

  1. Inicio
  2. Consejos
  3. Guía para que los pies no sucumban a los peligros del verano

En estas fechas están al aire y de suerte, ¿no? Pero los podólogos advierten: «Es cuando más lesiones se producen»

Si por algún extraño delirio otorgásemos personalidad propia a nuestros pies, les imaginaríamos soltando ‘vivas’ con la llegada del verano, dando palmas -con las plantas, claro- ante la perspectiva de ver la luz tras meses constreñidos con calcetines, medias y calzado cerrado. Sol, playita… ¡libertad! Pero, ay, si tienen dos dedos de frente -bueno, en realidad, cinco cada uno y nada de frente-, esa euforia sería contenida, ya que esta época es problemática para ellos. Así lo asegura Santiago Nieto, especialista del Colegio de Podólogos del País Vasco, quien alerta de los ‘peligros’ veraniegos que acechan a nuestros pies. Pueden parecer nimiedades, pero quien los haya sufrido sabe que pueden llegar a ser muy inhabilitantes e incluso arruinarnos esos días de descanso tan ansiados.

Sudoración… ojo a los hongos

Suben las temperaturas, aumenta la humedad y las glándulas sudoríparas del pie se ‘abren’. Esto supone un exceso de la sudoración, que no solo es desagradable por la sensación en sí y por el mal olor. «El sudor ‘macera’ la piel del pie, sobre todo la que hay entre los dedos. Es decir, se queda blandita, lo que hace que se produzcan grietas dolorosas y que proliferen los hongos, que colonizan el pie e irritan la piel», explica Nieto.

Solución: «En farmacias se venden productos antisudorativos que cierran las glándulas sudoríparas y reducen la transpiración», apunta el experto.

Cuidado con el calzado

«Cuando llega el otoño, los podólogos vemos las consecuencias del uso del calzado inadecuado en verano», indica el experto. Tal y como detalla, todos tenemos tendencia a llevar modelos sin suela, muy planos (algo que deja sin protección a la planta del pie) y muchas veces son de materiales sintéticos que no absorben el sudor y dejan los pies húmedos… Despropósito tras despropósito. «Los calzados excesivamente planos nos van a provocar dolores en la planta del pie (como fascitis plantar) y en la parte posterior de la pierna, en lo que conocemos como ‘bola’», señala Nieto. ¡Pero las chanclas son para el verano! «Son para usarlas en el entorno de una playa o piscina, no para caminar. Sé que hay quien las usa hasta por la ciudad, pero es que no es lógico, el pie va muy suelto, tienes que sujetar la chancla con los dedos…», repasa. Y luego están las sandalias de taconazo para las estitas veraniegas y otras celebraciones, que traspasan toda la carga del cuerpo a la parte delantera del pie, produciendo metatarsalgias (dolor en la parte delantera).

Solución: «El calzado debe tener un poco de suela y un tacón no menor a los dos centímetros ni mayor de cuatro. Con estas medidas la ciencia ha demostrado que se reducen las patologías del pie», aclara.

Quemaduras

Ojo con quemarse los pies con el sol. «La gente cree que el cuerpo termina en el tobillo», ironiza el podólogo.

Solución: Echar siempre crema solar, «sobre todo en el antepie», porque estas quemaduras son muy dolorosas.

Cortes

Rocas, conchas… Cuidado con los cortes, muy frecuentes en verano. Y con las heridas por llevar las uñas redondeadas (¡siempre cortar en recto!).

Solución: «Hay que desinfectar muy bien y tapar -aconseja-. Si son muy profundos, al médico. Mucho cuidado los diabéticos, a los que estas heridas se les pueden complicar».

Noticia completa PDF

Vía  | El correo digital

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Rellena este campo
Rellena este campo
Por favor, introduce una dirección de correo válida.
Necesita estar de acuerdo con los términos para continuar

Menú